A la luz del encuentro entre Francisco y el Sultán, Milagros Oromí-encargada del programa Estimulación Temprana-reflexiona sobre las posibilidades y tensiones que se generan al encontrarnos con un otro, siempre diferente: "Recordar que nuestra familia está constituida por tan distintos e iguales es un trabajo cotidiano. Es aquella diversidad la que hace un inmenso desafío el vivir con otros"
El encuentro del Sultán con Francisco-allá hace 800 años- nos sigue interpelando hoy en nuestro cotidiano. ¿Cómo es nuestro encuentro con lo diferente? ¿Qué defensas se nos siguen activando? ¿Qué es lo que nos permite encontrarnos, abrazarnos con aquello aparentemente tan distinto?
Francisco salió de su país y ahí donde se esperaba la guerra, donde el otro era el enemigo se animó a ir sin más que su persona. Y en aquel encuentro sucedió aquella magia donde “el otro”, el tan distinto era también el tan cercano. Y acontece la pregunta ¿Por qué es la guerra donde se profesa el amor? Porque el amor no es amado.
Y entonces la pregunta hoy puede ser: ¿quien es aquel tan diferente donde el encuentro no puede darse?
Las respuestas son muchas, como la vida es mucha. Puede ser aquel extranjero, hacia quien hay que caminar cruzando mares o achicando distancia. Puede ser también aquel con quien compartimos el techo, lo cotidiano, el trabajo.
Reconocer que nuestro hijo, hija, madre, padre, vecina es otro, nos invita a descalzarnos.
Recordar que nuestra familia está constituida por tan distintos e iguales es un trabajo cotidiano. Es aquella diversidad la que hace un inmenso desafío el vivir con otros.
¿Cómo aceptamos que nuestro hijo, aquel que hemos llevado dentro, puede tener distintos modos de experimentar la realidad?
Esto implica un continuo trabajo, un descalzarse, que nos invite a comunicarnos. ¿Qué hace a mi hermano o hermana actuar tan distinto?
Es una invitación continua a respetar la vida del otro, a velar por el despliegue de cada uno, a enriquecernos todos de aquel encuentro, de lo distinto, de lo propio, de aquello que surge en aquel abrazo. Y así entonces caminamos todos, diariamente en aquella propuesta tan nueva y tan vigente de Amar al Amor.
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